Esto puede afectarte de diversas formas, ninguna es mejor ni peor, simplemente maneras de encontrar nuestro(s) sitio(s):
Puedes decidir que te da lo mismo, que estás muy a gusto en tu zona de confort y que lo desconocido, mejor verlo en la tele.
Y luego hay un sector, con el que me identifico, al cual se le queda pequeño el pueblo, la ciudad de al lado, el país y quién sabe si algún día el mismo mundo.
En este punto, comienza la claustrofobia rutinaria: Te levantas una mañana, miras por la ventana y ves lo mismo de todos los días. Sales a la calle y ahí están, las mismas personas, con la misma rutina, al igual que tú.
Y te das cuenta de que eso no es lo que estabas buscando. Que no quieres estar viendo el mismo paisaje, hablando con la misma gente, haciendo las mismas cosas o respirando el mismo aire el resto de tus años. Así que decides que necesitas un cambio, con lo cual también se te presentan distintas posibilidades:
Irte a estudiar fuera, buscar trabajo en un lugar muy muy lejano, hacer un viaje para re-alinear tus chacras... O en mi caso, irte de aupair a Alemania, país del cual solo sabía que comen salchichas, hace frío, son grandes y gracias se dice "danke".
Y con mi decisión tomada, hice las maletas, cogí un avión y me planté en otro pueblo del sur del país germano para pasar los próximos 10 meses. Porque como ya he dicho, el problema no es ser de pueblo o ciudad, sino enclaustrarte en él.
Y tú,¿ alguna vez te has sentido así?
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