Capítulo 20: El schnitzel contraataca

¡PUM!¡PUM!¡PUM!¡PUM!
Eso fue lo siguiente que escuché en la cocina después de la frase "voy a preparar los schnitzel". Para quienes no lo sepáis, un schnitzel es lo que todos conocemos como un filete empanado, solo que al parecer los austriacos decidieron ponerle nombre de perro. Lo que yo no sabía hasta ese momento era que había que cargarse a la ternera a martillazos en tu casa antes de empezar a cocinar -o al menos eso es lo que parecía por los golpes que retumbaban por toda la estancia-.

Yo, que en ese momento no sabía muy bien qué iba a comer, decidí meterme en Google para ver qué razón había llevado al padre a recrear una especie de matanza de texas un viernes por la noche. ¿De verdad eran los martillazos necesarios?¿Qué clase de carne era esa? Estas y otras preguntas se agolpaban en mi cabeza mientras cargaba la página de Wikipedia.

Resultó que aquello del mazo debía ser el método de preparación habitual de los schnitzel. Por lo que decía la sección de Características:
 El schnitzel está preparado tradicionalmente con una rebanada fina de carne de ternera, que se ablanda previamente golpeando la carne con un mazo.
Por un lado, esto me dejó más tranquila, al final el señor no iba a ser un asesino de reses en potencia; por otra parte, ¿qué tipo de filete necesita ser ablandado con un mazo antes de ser cocinado? Yo, con mi escasa experiencia en los fogones, no era capaz de recordar ningún momento en el que hubiese tenido la necesidad de golpear nada que no tuviese caparazón o fuese un pulpo. Lo que me llevó a pensar que, probablemente, la ternera de la cual venían los schnitzel, había tenido una vida de tensión que no había hecho sino conseguir que sus filetes valiesen lo mismo para una cena, como para ser utilizados como arma arrojadiza.

Pero ya sabéis lo que se dice "no juzges un libro por la tapa", "las apariencias engañan" y todas esas cosas que venían a mi mente con tal de mantener la esperanza de que, quizás, aquella cena no estuviese tan mal - de hecho, estaba bien cambiar el salami de todos los días-.

Unos veinte minutos después, todas mis dudas se disiparon. Ante mi un filetón de carne empanada con un grosor que podía equipararse con el de un libro de la colección roja del Barco de Vapor. Decidida a disfrutar de aquel poco apetecible amasijo de carne, clavé mi cuchillo con la intención de cortar el primer trozo y tener un veredicto final. Bien, esto no fue fácil, de hecho estuve a punto de tirar el cuchillo y comerme el filete al estilo neandertal.
Mis sospechas se confirmaron: aquello tenía más nervios que un chino antes de la selectividad.

   - ¿Qué te parece? - Me preguntó el padre con una sonrisa propia de un chef satisfecho.
   - Muy rico.- Fue mi respuesta, intentando devolverle la sonrisa mientras tragaba un bolo de carne que había conseguido arrancar, no sin esfuerzo.

Aquel schnitzel se me hizo eterno y, en más de una ocasión, estuve a punto de tener un accidente y mandar un cacho de carne a volar por la mesa debido a la tensión que se me acumulaba al cortalo.
Al terminar, vi cómo el pequeño había decido hacer uso de la técnica neandertal que yo había desechado; me arrepentí de haberlo hecho. Decidí seguir dándole al curry wurst y al codillo.To be continued...

¿Tienes qué aportar? ¡Comenta! ¿Te ha gustado? ¡Comparte! ¿Te parece un post horrible? Mejor no hagas nada.