Capítulo 13: Se echa de menos

Soy consciente de que esto lleva un tiempo bastante parado, pero qué queréis que os diga, las musas no siempre aparecen cuando las llamas y creo que las mías se habían cogido unas vacaciones de navidad un poco largas. Por suerte han vuelto (o eso creo) y aquí un traigo mi Top 5 de cosas que echas de menos cuando estás fuera.
Primero, quiero advertir de que en mi lista no encontraréis mi cama. Puede parecer extraño, pero cuando tu litera parece tener una guerra contra tu espalda, cuello y tu ser en general, no es una de esas cosas que añoras cuando marchas en tu hora de aventuras particular.

1. La comida: Típico, lo se, pero que venga alguien y me lo niege. No es necesario irte de tu hogar dulce hogar para darte cuenta de que no hay mejor comida que la de tu familia, basta con un campamento para soñar con esa tortilla de patata que podría salvar vidas. En mi caso, uno de los extremos a los que llegué fue a buscar imágenes de polvorones en Google un par de días antes de mi vuelta a casa por navidad, lo cual no consiguió quitarme el mono, al contrario, lo aumentó.

2. El sofá: El sofá de mi casa es agradable, te sientas el él y sientes que te abraza, que te atrae hacia él, te llama a echarte esa siesta de treinta años. El que tengo aquí es frío, duro, parece que quiere expulsarte cada vez que lo tocas, si fuese uno de los enanitos de Blancanieves, sin duda sería Gruñón.

3. La taza de váter: A lo mejor esto es más para aquell@s que, como yo, han experimentado en múltiples ocasiones lo que es la acampada. Pues cuando nos ponemos a comparar una letrina rodeada de un plástico opaco o un agujero en el suelo con nuestro y añorado trono de porcelana... Creo que no hay mucho que añadir.

4. Las pipas: Por favor, que alguien me explique por qué en los dos últimos países que he visitado NO VENDEN PIPAS. ¿Se puede pensar en una forma mejor para pasar la tarde que disfrutando de esta maravilla de piscolabis? Hago un llamamiento a todos los gorbiernos del mundo: que las pipas sean consideradas alimento de primera necesidad y todos seremos mucho más felices.

5. Los abrazos: Si señoras y señores (o neutros), los abrazos podrían ser aquello que más echo de menos. Una vez leí que, para que una persona pueda ser feliz, necesita al menos 8 abrazos al día. Esto no quiere decir que sea la clave de la felicidad, sino un punto a tener en cuenta. Pues bien, si ya estando por mis tierras natales no creo que llegase a llenar el cupo, al trasladarme a estos lares llegó mi recesión. Lo cual no significa que sea infeliz, ni mucho menos, pero digamos que estoy empezando a plantearme comprar esa almohada china con forma de brazo.

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1 comentario:

  1. Siempre he pensado que no eras muy amiga de abrazos y esas cosas.
    Sorpresas te da la vida ja ja ja

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