Capítulo 8: Conversaciones de ascensor y la llegada a Invernalia

Esta mañana, siguiendo con la rutina de la semana, me he sentado en el asiento del copiloto del coche familiar. Eran las 7a.m, muy a.m y a mi, a esas horas, no se me puede considerar un ser del todo humano -yo me definiría más bien como una ameba gigante con malas pulgas- pero hago mis esfuerzos por parecer una persona simpática y lúcida, capaz de mantener una conversación cordial, aunque en mi cabeza no haya mucho más que un mono tocando los platillos.

Volviendo al lo que nos concierne. Viendo la inexistencia de una diálogo medianamente fluido, el padre de familia ha decidido sacar un tema más propio del ascensor de una comunidad de vecinos: el tiempo. Os parecerá una tontería pero ¿alguna vez os habéis parado a pensar lo común y socorrido que es este concepto y lo diferente que es a su vez en cada rincón del mundo? Por ejemplo, imaginaos a una pareja de ancianos taiwaneses en pleno julio:
- Menudo tifón el del otro día.
- De verdad, adiós a la casa de la playa... Otra vez.
-Qué le vamos a hacer... ¿Comemos saltamontes o perro hoy?
En cambio, ese mismo día a esa misma hora en Sevilla, la cosa sería algo más del tipo:
- ¿Tú te crees que ya he llenao dos veces la piscina este verano y se me ha vuelto a secá?
- No me extraña pisha, ¿Tú te acuerda de cuándo cayó la última gota de agua?
- Si, ayer en mi casa, que estaba la vecina de arriba regando la planta.

Siguiendo con los ejemplos, aquí en la capital alemana, en una zona que podríamos comenzar a considerar el norte del continente europeo, es lógico que el tema del tiempo se concentre en el subjetivo término frío. Y si, digo subjetivo porque tras la conversación de hoy en el trayecto casa colegio, me he dado cuenta de que estos alemanes si son gente del norte "ahí va la hostia" y no nosotros, pobres navarro-vascuences.
Ha empezado con la frase "parece que empieza a llegar el frío". Esto a mi me ha dado qué pensar, porque no ha dicho "hace" o "ya ha llegado" sino "empieza a llegar", lo cual quiere decir que todavía no está con nosotros y pensaba yo mientras miraba mi pack de gorro, bufanda y chaquetón que llevaba encima.
- ¿Has traído suficiente ropa de abrigo? - Si me lo hubiese dicho antes, hubiese contestado que afirmativamente sin dudarlo, pero ya había no estaba tan segura de si mi fondo de armario sería suficiente.
- Creo que si...
- Aquí el frío de verdad suele empezar en Diciembre, aunque los peores meses son Enero y Febrero. Alguna vez tenemos unas navidades blancas, pero eso es bueno, si hay nieve quiere decir que no hace frío.
Esto no ha hecho sino hacerme dudar, aun más si cabe, de si mis abrigos serán suficientes para una región bastante más norteña que la que me es habitual. Siempre se dice que en Navarra tenemos un clima fresco, somos gente dura acostumbrada a la lluvia y termómetros bajos, pero no creo que sea comparable a una ciudad en la que, en invierno, cubren las estatuas debido a las gélidas temperaturas.
- Solemos rondar los -10 o -15 grados.
No diré que no se qué son esas cifras, siempre hay algún día en el que parece que somos cuervos en el muro de Invernalia, pero son eso, días sueltos, no un par de meses criando estalactitas.

Más tarde, ya en casa, me ha enseñado cómo funciona el sistema de calefacción; como muchos tiene distintos numeritos que indican la cantidad de calor que va a emanar nuestro querido amigo. Solo diré que el nivel más bajo al que puedo poner el radiador, tiene forma de copo de nieve y en este punto está programado para proteger de la congelación.
Supongo que tendré que ir ahorrando para chaquetas, gorros, bufandas, guantes y una burbuja gigante aislante térmica. To be continued...


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